La manera típica de proceder de estos aguerridos soldados es mundialmente conocida. Mientras no han empezado las hostilidades, se muestran en vanguardia, pavoneándose, mostrando su elegante uniforme y el plumífero penacho de su casco, que se mueve, como mecido por el viento, debido al extraño tembleque de su portador; sin embargo, al silbar la primera bala, desaparecen del frente con varonil velocidad y muestran su hombría compitiendo entre ellos a ver quién es el más veloz, el primero en abandonar el campo de batalla y ponerse a resguardo.
Musicalmente hablando, es nuestra primera incursión en el género épico, el primer Epic-Punk. Un tema muy extenso con múltiples variaciones de la melodía y la base rítmica – eso sí, sin variar el tempo (ver deKálogo).
“Esta es la historia sobre la valentía de un soldado francés que se convirtió en leyenda por sus heroicas acciones en el campo de batalla y que fue el orgullo de su país. De ahí que escribieran este poema épico en su honor, para que sirviera de ejemplo a todos los ciudadanos del país gabacho.”
El ejército franchute
más soldados requería.
Al juvenil François
le tocó la lotería.
En la plaza de la aldea,
mostrando una gran pena,
se despidió su cohorte.
Iban rumbo a las Ardenas,
donde esperaba el frente,
que distingue de las nenas
a los fieros combatientes.
“Alons enfants de la patrie”.
Apesta a queso y a cebolla
y atrae, a moscas, mil.
Ante las mozas del pueblo
cuenta grandes hazañas.
De sus gestas alardea.
“Me merezco una medalla”.
Muestra en piernas y brazos
vendajes ensangrentados.
Todos están orgullosos;
François es homenajeado.
un soldado americano.
Viene muy contento:
“La guerra ya ha acabado”.
Al ver a François
su cara ha cambiado;
ya no está contento,
está encabronado.
El soldado John Smith
tiene mucho que contar.
La versión del aliado
todos quieren escuchar.
permanecía en la vanguardia,
mostrándose ansioso
por entablar batalla.
Pero iba bien abrigado
y no hacía mucho frío;
sin embargo, el tiritaba
sus dientes castañeteaban.
Al iniciarse la contienda,
se dio la media vuelta,
lanzó el fusil a su espalda,
corrió más que las balas.
Al verlo pasar
como una exhalación,
todos le cantaban
esta canción:”
No te detengas más.
No te detengas más.
No te detengas más.
No te detengas más.
No te detengas más.
No te detengas más.