Mimo

Mimo es el décimo tema de nuestro segundo álbum, Kon el Rabo Enroskado, y trata sobre una de las peores lacras callejeras de la sociedad moderna.

Los mimos apestan – eso sólo bastaría como introducción a este pedazo de tema pero vamos a extendernos un poco más porque no queremos ser tan vagos como ellos.

Amigos… CochinilloZ… GorrinoZ como nosotros… Las calles de nuestras grandes ciudades se han llenado de mimos – ¡qué asco! Los que no vivimos en alguna de ellas podemos considerarnos muy afortunados por no tener que verlos a diario, realizando sus manidos y aburridos números de “mímica“. Mas… mal de muchos, consuelo de tontos. Tarde o temprano, deberemos visitar alguna de esas grandes ciudades – ya sea para realizar alguna gestión o, simplemente, para ir de compras o de copas – y acabaremos tropezando, inevitablemente, con uno de esos “artistas” – así se autodenominan ellos con una falta total de vergüenza.

Artistas… ¡¡¡¡JA,… JA,… JA,… JA!!!! (Nos reímos del mimo, no con el mimo; que quede claro)

Según nuestra opinión, que es la única que vale en este blog, de artistas no tienen nada. Sólo son unos vagos que tratan de sacarle algo de dinero a la gente repitiendo, una y otra vez y otra y otra vez más y así sucesivamente, los mismos trucos – raídos, gastados, caducos por el uso indiscriminado a lo largo de ya demasiados años. Trucos muchos de los cuales ni siquiera tenían gracia cuando los realizó el primer mimo de la historia – todo el peso de la justicia universal caiga sobre él. Y mucho menos ahora, después de haberlos repetido durante décadas, si no centurias, hasta la saciedad de los inocentes transeúntes – víctimas de ese cáncer capaz de matarte de aburrimiento.

Si quieren ser artistas de verdad, si quieren actuar de verdad, que se aprendan un guión y que se dediquen al teatro, al cine o a la televisión – si lo prefieren. De este modo, si alguien quiere verlos – cosa dudosa -, no tendrá más que ir al teatro o al cine y pagar su entrada o poner la televisión en marcha; así, las calles de nuestras grandes ciudades estarían mucho más limpias – ya que ni los barrenderos ni la policía parecen capacitados para luchar contra esta basura.

Musicalmente, es un Punk clásico.

Venga, a disfrutarlo.

¡Oink, oink!

 

Mimo

Dicen que Marcel Marceau
era el mejor mimo
pero sólo era una lacra
par todos los artistas.
En dos minutos explicaba
“Joven, maduro, anciano y muerte”
pero la muerta era mentira,
demasiado duró el cabrón.

Mimo de mierda (x4)

Mimo siempre repites
los mimos trucos insulsos.
Olfateas una rosa pero
pesa a estar duchado ¡apestas!
Inútilmente tiras
de una cuerda inexistente.
El resultado es pestilente.
Dan ganas de vomitar.

Mimo de mierda (x4)

Mimo eres un memo.
No te respeta nadie.
Ni siquiera tú mismo.
Y yo aún te respeto menos.
Mi mamá me mimó mucho.
Yo mimo a tu novia.
Mimo, como payaso,
no eres más que un timo.

Mimo de mierda (x4)

Tratas de luchar
contra un viento ficticio
pero no puedes con él;
no avanzas pese al esfuerzo.
Aunque no sería capaz
de arrastrar el sucio olor
de tus silenciosos peos.
Contemplarlo es un suplicio.

Mimo de mierda (x4)

Mimo no eres más
que un pésimo actor
incapaz de memorizar
textos que un orangután
sí memorizaría.
¡Apestando menos, claro!
Con gusto te suicidaría;
para mí sería un honor.

Mimo de mierda (x4)

Mimo eres un memo.
No te respeta nadie.
Ni siquiera tú mismo.
Y yo aún te respeto menos.
Mi mamá me mimó mucho.
Yo mimo a tu novia.
Mimo, como payaso,
no eres más que un timo.

(Sólo de guitarra)

Mimo de mierda (x4)

Simulas estar emparedado.
¡Ojalá fuera verdad!
Simulo dispararte con el dedo;
tú te tiras por el suelo.
Pero es una pantomima.
¡Ojalá mi dedo fuera
un magnum 44!
Mimo de mierda.

Mimo de mierda (x8)

Safe Creative #1305235146448